La calidad de un arco de violín puede tener un impacto significativo en el sonido, la facilidad de ejecución y la experiencia general de tocar el violín.
Un buen arco de violín está fabricado con materiales de calidad, presenta un peso y flexibilidad equilibrados, contribuye positivamente a la producción de sonido y está diseñado para que sea fácil de tocar y duradero. Por otro lado, un mal arco de violín puede carecer de estas cualidades, lo que resulta en una experiencia de ejecución menos agradable y potencialmente compromete el sonido y la técnica del intérprete.